viernes, 2 de octubre de 2015

Capítulo 28: “Rebecca se descontrola”

Capítulo 28:

“Rebecca se descontrola”



Julián se sorprende lo que escucha de Rebecca.




Julián: ¿Por qué?

Rebecca: Porque no lo amo.

Almendra observa muy bien a los dos desde lejos.


Julián: Pero ustedes se veían muy bien juntos.



Rebecca: Es que yo no lo amo y por eso corte con él.

Julián la observa con mucha atención.

Rebecca: Es que yo busco algo más, sentir algo.

Julián: No te entiendo.

Rebecca: Es que yo estoy enamorada de otro... Estoy enamorada de ti.

Julián la observa con mucha sorpresa. Rebecca le toca el pecho y se acerca a él para darle un beso entre los labios, ambos rozan sus labios. Almendra los mira desde lejos y se sorprende y a la vez siente impotencia.

Almendra: No puede ser, ese mentiroso me engaña con otra.

Almendra se va y dejando de ver ese espectáculo deprimente. Rebecca se suelta de Julián.

Julián: ¿Qué te pasa Rebecca? ¿Por qué lo haces?

Rebecca: Pero… yo te amo.

Julián: ¿Se te olvida que estoy casado con tu amiga?

Rebecca: Pero ella lo va a entender.

Julián: ¡¿Qué va a entender?! ¡Que su amiga es una traicionera!

Rebecca: ¡Noooo…! Solo quiero que comprenda que soy la mujer para ti.

Julián: Lo siento Rebecca, pero yo solo puedo verte como una más, no puedo sentir nada por ti.

Rebecca: Pero…

Julián: Es mejor que lo entiendas, yo no te amo, jamás te amaré y por nada del mundo voy a dejar a mi esposa. (Intenta irse)

Rebecca: ¡Aunque eso signifique que tu esposa morirá!

Voltea a verla.

Julián: ¿Qué estás diciendo?

Rebecca le responde furiosa….

Rebecca: La verdad, tu mujer va a morirse de cáncer.

Julián: Y lo dices así como si nada, ¿no tienes corazón?

Rebecca: ¡Yo te he amado y deje a Rubén por ti! ¿Para qué? ¡Para no recibir nada a cambio!

Julián: Que lastima me das, pensé que eras otra.

Rebecca: Pues ya viste que no y ahora más que nada quiero tenerte y sería capaz de lo que sea por tenerte, incluso de matar.

Julián: Está conversación no va para ningún lado y será mejor que me vaya. (Se va)

Rebecca: ¡Sí, lárgate con esa enferma, se va a morir y estás con ella por lástima!

Julián pierde la paciencia y se acerca violentamente.

Julián: ¡No vuelvas a decir eso!

Rebecca: Sabes ¿qué? ¡Te odio! ¡No puedo creer que me enamorara de ti!

Julián la observa con decepción y voltea para irse.

Rebecca: ¡TE ODIO! ¡A TI Y LA MALDITA DE ALMENDRA!



Julián: Por lo menos ella es mucha mujer que tú.

Rebecca le avienta una sonora cachetada muy fuerte a Julián. Almendra entra a su habitación, con la cabeza de rendida y triste, se recuesta en su cama y abraza su almohada, derrama unas cuantas lágrimas en ella.

Almendra: ¡Soy una idiota! ¡Una estúpida!

Almendra se enviste en la almohada. Mientras…

Julián la mira con mucho desprecio…

Julián: Eres de lo peor.

Rebecca se lamenta al hacer esto…

Rebecca: No, no, nooo… (Se humilla ante él, se arrodilla y le toca los pies) ¡Perdóname Julián, yo no quería!

Julián: No me toques…

Rebecca se queda tiesa ante la situación que armo…

Julián: Me decepcionas mucho y pensé que ibas a mejorar, pero veo que eres la peor persona que he visto en mi vida.

Julián se va, dejando a una Rebecca completamente deprimida y conteniendo su furia en el piso.

Rebecca: ¡AAAA; JAY JAY NOOOO…!



Entre los pasillos, cerca de la habitación de Almendra, Rita está pasando y se da cuenta de los lloriqueos.




Almendra: No me quiere... (Continúa llorando)

Rita se adentra a la habitación.

Rita: ¿Qué te sucede, corazón?

Almendra: Rita…

Rita: Escuche que estabas llorando mucho y me preocupe.

Almendra se seca las lágrimas con sus manos y se limpia la nariz con ella…

Almendra: No deberías, soy muy poca cosa para que alguien se preocupe por mí.

Rita le pasa unos pañuelos de su bolsillo de la chompa.

Rita: Toma...

Almendra: Gracias.

Almendra se suena la nariz…

Rita: Bien hija, sabes que puedes contar conmigo en las buenas y en las malas.

Almendra: Eres mi gran amiga y quisiera contarte todo lo que paso en la fiesta.

Rita: Muy bien… (Pensamiento) “Eso quiero, que me cuentes el chisme, pero igual me preocupas”.

Almendra: Bueno, todo empezó en...

De noche, los autos pasan por las calles de la enorme ciudad de México, pasan las horas hasta que sale el Sol y destella una luz sobre el cálido día del mañana.

INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN URIARTE / MAÑANA

Rebecca está conversando con tía Úrsula.




Rebecca: Y eso fue lo que me dijo ese estúpido…

Úrsula: Pero tenías que arruinarlo todo con tus impulsos, ¡has perdido una gran oportunidad!

Rebecca: ¡No me reclames que no estás para eso!

Úrsula: Te digo esto porque me pareces una niña inmadura.

Rebecca: ¡No me hables así!

Úrsula: ¡Te hablo como se me da la gana!

Rebecca observa a su tía.

INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN URIARTE / MAÑANA

Almendra se encuentra con algunas de sus cosas y en eso, abre la puerta Rita.




Rita: Almendra, ¿qué haces?

Almendra ya había terminado de empacar en su manta. Almendra le contesta con mucha tristeza…

Almendra: Me voy, Rita. Me voy de esta casa.

Rita se queda sorprendida.

Rita: Pero ¿qué dices?

Almendra: No es justo lo que estoy haciendo, ¿para qué quedarme? Para seguir escuchando los parloteos del ruco de Rogelio.

Rita: Hija, ya lo habíamos hablado, pero yo creo que lo que paso debería esperar a que se calme la situación.

Almendra: Es que yo no quiero esperar, no lo viste, fue un desastre e hice que se viera mal al señor Rogelio, supongo que no me lo perdonará.

Rita: Don Rogelio es bueno. Él sabrá perdonarte.

Almendra: Yo lo note diferente e incluso defiende más a su hija que a mí.

Rita: Es normal porque ella es su hija de sangre y por nada del mundo se fijara en otra cosa.

Almendra: Te voy a confesar algo que no te conté esa noche. Yo vi besándose a Julián con la Rebecca.

Rita se sorprende.

Rita: ¿Qué dices?

Almendra: Es cierto, ellos se besaron.

Rita: Pero no es posible (ambas se sientan), él está casado con la señora Mónica.

Almendra: Lo sé, pero eso no es lo que me intriga, sino…

Rita se preocupa.

Rita: Hija, me preocupas.

Almendra: Es que, yo amo… Amo al joven Julián.

Rita: ¡¿Qué estás diciendo?!

Almendra: Es cierto, lo amo y debo confesarte, que me dio celos de ellos cuando los vi.

Rita: Pero tú no deberías fijarte en ellos, no es tu asunto.

Almendra: Pero Julián ya fue mío.

Rita se inflama de impacto.

Rita: ¡¿QUÉ?!

Almendra: ¡Nos besamos! ¡No paso nada serio! ¡¿O qué pensabas?!

Rita se alivia un poco.

INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN SAN ROMAN / MAÑANA

Mónica está sentada en la cama. Julián sale del baño ya bien vestido y observa a su esposa. Mónica se levanta y lo ve.




Mónica: Julián…

Julián voltea a verla.

Julián: Dime...

Mónica se acerca a él y le habla con sensatez.

Mónica: Julián, yo te amo. Lo que oí a noche, no fue más que la expresión natural de una enamorada…

Julián: Por favor, Mónica…

Mónica: Déjame a hablar…

Julián calla. Mónica le comenta de la manera más dócil posible.

Mónica: Julián, yo aceptare que veas a esa mujer, me haré a un lado y todo, para que seas feliz.

Julián: Mónica, tú no me entiendes.

Mónica: Julián… quiero que me protejas, quiero estar siempre a tu lado… hasta que la muerte nos separe.

Julián: No digas eso Mónica.

Mónica: ¡Sí eso quiero, QUE ME PROTEJAS!

Julián escucha una voz en off de Rebecca.

Rebecca: […] y ahora más que nada quiero tenerte y sería capaz de lo que sea por tenerte, incluso de matar.

Julián reacciona y le toca los hombros de miedo.

Julián: Mónica, es mejor que nos vayamos de viaje.

Mónica: ¿Qué dices?

Julián (la observa): Vamonos Mónica, vamos donde te pueda ayudarte mejor a sentirte viva.

Mónica observa a su esposo.

INT. / SALA DE ESTAR / MANSIÓN URIARTE / MAÑANA

Almendra se acerca la puerta de salida, pero...





Rogelio (aparece): ¿A dónde vas, muchacha?

Almendra (se voltea a verlo): Me voy, señor.

Rogelio ciñe la frente. Emilia se acerca a ellos dándose cuenta...

Emilia: ¡Espera…!

Almendra: No hay nada que decir, me voy, para no ser una carga para ustedes.

Emilia: Pero no así.

Rogelio se acerca ella.

Rogelio: Lo he estado pensando toda la noche. Y la situación no es tan fácil.

Almendra lo observa.

Rogelio: Quiero que te quedes en esta casa. Te estoy dando otra oportunidad. Pero esa oportunidad la tienes que ganar con mucho esfuerzo.

Almendra: No lo sé…

Rogelio: Es la verdad, a pesar que me caigas mal, siento que me agarre un cariño por ti.

Almendra se queda impactada sobre el comentario de Rogelio. Clotilde escucha detrás de la puerta de la cocina y rápidamente se va. Sube las escaleras y llega a la habitación de Rebecca. Toca la puerta…





Clotilde: Señorita Rebecca.

Rebecca: ¿Qué pasa Clotilde?

Clotilde: El señor Rogelio le acaba de dar disculpas a la… joven Almendra.

Rebecca (reacciona negativamente): ¡¿Qué estás diciendo?!

Clotilde: Lo que oye y eso no es todo.

Úrsula: Haber, cuenta.

Clotilde: Que la dichosa Almendra se iba a irse de la casa, pero que él se lo impidió y la dejo quedarse y a mí esto me sorprende porque el señor no es así con los… extraños.

Rebecca: De verás que mi padre se ha vuelto loco.

Úrsula: Uff, no sabes cuánto.

Clotilde: Creo que esa piojosa está llamando la atención de los patrones.

Rebecca: ¡Eso no se lo voy a permitir!

Úrsula: Bien dicho.

Rebecca se mira al espejo, su belleza refleja maldad y un apretón de dientes de furia.

Almendra se encuentra muy emocionada de quedarse en la casa.





Almendra: ¡Muchas gracias señor Rogelio!

Rogelio: Créeme que todo esto lo hago por el bien de todos.

Almendra: Y eso no lo dudo.

Rogelio: Sin embargo, tienes que prometerme portarte muy bien.

Almendra: De eso no corra la duda.

Rogelio: Muy bien.

Almendra corre hacia él y le da un fraternal abrazo. Rogelio siente mucho sentimiento de un padre con su hija. En eso, Rebecca baja de las escaleras y mira a ambos abrazándose. Emilia observa con mucha ternura.



Rebecca: ¡Papá!

Rogelio se separa de Almendra.

Rogelio: ¿Hija?

Rebecca baja de las escaleras y luego Úrsula.

Rogelio: ¿Tiene algo de malo esto?

Rebecca está frunciendo el ceño, pero se contiene para que no se den cuenta.

Rebecca: No, no hay problema.

Rogelio: Qué bueno.

Emilia: Hija, quería ver si tú estás…

Rebecca se aleja de Emilia.

Rebecca: ¡Papi! Quería salir un momento a la calle para divertirme.

Emilia mira a Rebecca con mucha tristeza. Úrsula se acerca a todos...



Úrsula: Me imagino que debe ser así, claro ¿no?

Rogelio: Pero no hay problema, de hecho puede ir con Almendra.

Rebecca: ¡No! Debo hacer esto sola.

Emilia: Me preocupas Rebecca.

Rebecca: Son solo cosas personales, no te preocupes mamá.

Rogelio: Bien, pero te recomiendo ser más adentrada a esta familia.

Rebecca: No te preocupes papá.

Rebecca mira con desprecio a Almendra.

Rebecca: No tendrás decepción de mí.

Almendra la observa con mucha desconfianza.

EXT. / CALLE / CIUDAD DE MÉXICO / MAÑANA

Rubí (con una revista) y doña Zoila están caminando en camino al bar cerrado.




Rubí: Ay, no pensé que esa fiesta que iba la Almendra iba a ser un bodrio.

Zoila: Ya ni me cuentes, que no aguanto a la Almendra esa.

Rubí: Zoila, Almendra quería superarse y seamos sinceras, no encontraría nada aquí.

Zoila: Pues si lo ves así, bien por ella, nada más.

Rubí: Hay Zoila, vamos, tenemos que sacar del sótano nuestras cositas.

Zoila: Es cierto, esos de la policía seguro se me lo quieren quedar.

Rubí y Zoila llegan al lugar, donde se ven un aviso de clausurado, al meterse sobre un callejón, el mismo que “el Alacrán” se metió en un capítulo, ellas sin saberlo se entran al lugar y con un terrible hedor a muerto.

Rubí: Pero qué asco, apesta mucho.

Zoila: Creo que alguien se hizo del dos.

Las dos se tapan la nariz.

Rubí: NO, esto es peor que nunca.



Las dos se acercan hacia el lugar y para sorpresa suya, encuentran muerto a “el Alacrán” que cuyo cadáver se está descomponiendo y ambas se horrorizan.



Rubí: ¡AAAAAAAAAAAAAAAhh!

Zoila: ¡PERO ¿QUÉ ES ESTO?!

Las dos no pueden contener el miedo al ver entre las moscas y el cuerpo descompuesto.

INT. / HABITACIÓN / HOTEL / MAÑANA

En la habitación que alquilo Raúl para Isabel, ambos tienen una discusión.




Isabel: ¡No puedo creer que me hicieras todo un show de quinta en esa fiesta! ¡SOMOS EL HAZME REÍR DE TODO MÉXICO!

Raúl: ¡En primera, tú fregaste todo esto con tus celos y en segunda, ¿qué hacías con esa cabaretera enana?!

Isabel: ¡No me interesa eso, ahora ya no puedo salir a la calle!

Raúl: Para que vas y haces el papelón del año.

Isabel: Eso ya ni me importa… Al final, yo seré tu esposa y todo será pasado.

Raúl: Sabes lo más chistoso de todo esto, es que cuando lo vea Rogelio, su vida se irá al fango con este escándalo. Al menos hiciste un mejor trabajo.

Isabel: Por eso no me impediste nada.

Raúl Así es, esa fiesta tenía que hundirse como el Titanic.

Isabel: Jajajaja… Sí, y por lo menos la maldita esa de Almendra la paso muy mal.

Raúl: Bueno eso es algo, yo me divertí, jajaja…



Ambos sonríen de maldad. Mientras, la comandancia viene al lugar, un policía toma fotos del caso y en una bolsa para muertos cubriendo al muerto se lo llevan al forense. El comandante Rivera entrevista a Zoila, ella le responde nerviosa y asustada derramando lágrimas…





Zoila: Yo solo estuve en mis deberes, lo conocí tan poco….

Rivera: Ah, muy bien, ¿qué hacía en este lugar tan deprimente?

Zoila se siente muy asustada y Rubí le toca los brazos para no desvanecerse.

Rubí: ¡Oiga, no debería ser tan duro! ¡Acabamos de venir al lugar y vimos esto!

Rivera: Muy bien, pero debo decirles que esto está mal, porque deberían acompañarme.

Rubí: ¡¿Por qué, no hicimos nada?!

Rivera: No es por nada, pero estaban en el lugar de los hechos, parte que este local está clausurado y será mejor que nos acompañen.

Rubí y doña Zoila se sienten intimidadas ante el comandante Rivera.

INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN URIARTE / TARDE

Rebecca se encuentra peinándose frente al espejo, mientras que Úrsula la observa…




Úrsula: Huum, ¿a dónde vas?

Rebecca: Voy a “aclarar unos asuntos” con alguien especial.

Úrsula: Ese alguien especial es Rubén.

Rebecca: Por supuesto, quiero cortar con ese tipo de una buena vez.

Úrsula: Oye, cuando terminaste con él, ¿cómo se sintió?

Rebecca: Ja, se sintió muy mal, de la patada y si vieras que él sentía mucho por mí, no la acabamos.

Úrsula: No sé, porque Julián cortó contigo y ya no te veo futuro.

Rebecca aterriza su peine con fuerza y suena la mesa. Voltea a verla…

Rebecca: Es mejor que lo dejes así, me importa muy poco lo que piense Julián.

Úrsula: No bueno, yo solo decía…

Rebecca: ¡Yo lo amo y no voy a dejar que esa estúpida cabaretera me lo arrebate!

Úrsula: No sé ¿qué decirte? Pero siento que estás perdiendo demasiado.

Rebecca se mira al espejo y continúa peinándose.

INT. / COMEDOR / MANSIÓN URIARTE / TARDE

Almendra se encuentra con Emilia, quien le agrada su compañía…




Emilia: Sabes Almendra, me siento feliz de saber que no te vas.



Almendra: No es que me sentí muy mal por lo que paso en la fiesta.

Emilia: Pero estoy segura que no todo fue tu culpa.

Almendra: Pero me siento culpable de todo, no sabe cómo me sentí al pasar todo ese show que di, por poco y casi me pongo a decir muchas tarugadas.

Emilia: Jejeje… Bueno Almendra, no tienes que sentirte mal, ya todo paso.

Almendra: Bueno… ahora quiero hablarle sobre lo que me dijo una vez.

Emilia: Te refieres a que te eduque.

Almendra: Sí, es que no me gusta ser re mensa.

Emilia: Jejeje… Pero Almendra, no eres bruta, sabes hablar y todo.

Almendra: Pero a veces la friego con mis tarugadas.

Emilia: Bueno es de humanos equivocarse.

Almendra se recuesta su cabeza mientras que Emilia se pone contenta.

EXT. / PUERTA / VECINDAD / TARDE

En el portón de la vecindad se encuentran doña Nata y Daniel conversando.





Nata: Ay hijo, si que te pasas de onda a otra, primero te buscas un mal empleo con mi hermana y luego que tienes amores en la calle.

Daniel: Mamá, te agradezco que te preocupes por mí, pero ahora estoy pensando en mí.

Nata: Ja, ahora resulta que me saliste muy egolatrista.

Daniel: Mamá, se dice egocentrista..

Nata (le da de manazos en el brazo izquierdo): ¡No me corrijas!

De repente Isabel se presencia ante Daniel.



Isabel: Hola Danni, qué bueno verte.

Daniel: ¿Qué quieres Isabel?

Isabel: Vaya que te acordaste de mi nombre.

Daniel: Claro, ¿cómo no acordarme de ti? Si me estás acosando.

Isabel: Jajaja… Tómalo como quieras, pero se llama perseguirte.

Daniel: Es lo mismo.

Doña Nata nota muy extraño en la conversación.

Nata: Mijo, ¿quién es ésta?

Isabel se da cuenta de la mala educación de doña Nata.

Daniel: Hay bueno, te presento, ella es Isabel, Isabel mi madre.

Isabel: Encantada de conocerla.

Nata: Igualmente… (Pensamiento) “Esta chica no es de mi fiar”.

Isabel: (Pensamiento) “Jum, esta mujer que corriente y vulgar es”.

Ambas sonríen y Daniel solo observa.

INT. / SALA DE ESTAR / MANSIÓN URIARTE / TARDE

Emilia y Almendra se ríen de muchas cosas.




Almendra: Jajaja… señora Emilia es increíble todo lo que me cuenta.



Emilia: Lo sé, pero es la verdad.

Almendra: Sabe, ¿no entiendo por qué su hija no le presta atención?

Emilia: Ha pasado por muchas cosas y creo yo que lleva tiempo.

Almendra: Pero yo a veces siento que me llevo tan bien con usted.

Emilia: ¿Eso crees? Casi siento que fueses mi hija.

Almendra: Sí, jajaja… (Se le borra la sonrisa y se pone seria).

Emilia: Lo siento, te he contado todo sobre mí y no sé nada sobre ti.

Almendra: Es una larga historia

Emilia: Tenme confianza, yo te conté todo sobre mí y ahora quiero saber de ti.

Almendra: Es que… Está bueno. Usted sabe que fui una cabaretera en un bar, porque yo no cantaba únicamente. (Se siente nerviosa al contestar) Me prostituía.

Emilia: ¡Santo Dios!

Almendra: Lo ve, sabía que no debí contarle nada.

Emilia se da cuenta que la hace sentir mal.

Emilia: ¡NO, NO, no, continúa!

Almendra: Muy bien, de hecho mi vida fue un infierno.

Emilia se preocupa mucho.

Almendra: Vivía en un orfanato, pero escape y no sé, pero a mí…

Clotilde les interrumpe y de repente Almendra se siente consternada.



Clotilde: Señora Emilia, le llaman por teléfono, es el padre Javier quien le habla.

Emilia: No había escuchado el teléfono pero bueno. Hablamos en otro momento Almendra.

Almendra se pasa a observar a Emilia.

Almendra: Sí, está bien.

Clotilde pasa a mirarle feo y se retira. Almendra se siente algo aliviado.

INT. / OFICINA DE RUBÉN / HOSPITAL / TARDE

Rubén con un puño entre los labios y molesto se siente mal emocionalmente. Pasa una asistente a avisarle.



Enfermera: Disculpe doctor, una señorita quiere verlo.

Rubén se encuentra desorbitado y solo le dice…

Rubén: Hágala pasar…



La asistente se retira y en eso aparece la malvada de Rebecca contestándole de manera cínica.



Rebecca: ¡Hola cariño!

Rubén se da cuenta de la presencia de Rebecca y no duda en enfrentarla.

Rubén: ¿Y tú qué haces aquí?

Rebecca: Vine a visitarte, más bien a aclarar las cosas.

Rubén: Yo no tengo que aclarar nada contigo.

Rebecca: Por supuesto que sí.

Rubén se queda observándola.

Rebecca: Vine para que sepas que ya no me interesas.

Rubén: Si a eso viniste, muy bien la puerta está abierta, ¡ya te puedes largarte!

Rebecca: Pues no quiero, quiero que te quede bien claro, aléjate de mi casa.

Rubén: No me digas.

Rebecca: Sí y te lo digo con el taco (pisa el piso con el taco alto derecho).

Rubén: Eres de lo peor que he visto, que bueno que cortamos, porque de verdad no tienes corazón, eres una amargada.

Rebecca: Que mal, porque yo nunca te ame, no amo a los mediocres.

Rebecca le sonríe de maldad y Rubén solo la observa con decepción.

CONTINUARÁ…