miércoles, 16 de septiembre de 2015

Capítulo 17: “La Condena Pasa a Ser tu Verdugo” (Parte 2)

Capítulo 17:

“La Condena Pasa a Ser tu Verdugo” (Parte 2)



La policía sale del su escondite y empieza a calmar la situación.








Policía 1 (saca su arma y les apunta): ¡Quietos todos y pongan las manos al suelo!

Todos obedecen.

Policía 2 (apuntando con su arma): Quedan todos arrestados.

Almendra: No puede ser.

Todos van detenidos, incluso un Baldomero alterado a más no poder. Almendra también termina detenida junto con Zoila y Rubí.

Rubí (está siendo llevada): ¡No nos pueden hacer esto!

Policía: ¡Silencio! ¡Hacemos nuestro trabajo!

La policía ya había traído un grupo de carros policiacos y los adentra. Termina la música incidental.

INT. / SALA DE ESTAR / MANSIÓN SAN ROMÁN / NOCHE

Mónica y Julián se adentran para irse a dormir…






Julián: Será mejor que nos vayamos a dormir.

Mónica: Tienes razón.

Leticia: Es necesario, descansen y esperemos que Baldomero recapacite y se entregue.

Julián y Mónica suben por las escaleras, Leticia lo observa, pero llega Don Raúl.

Julián: Papá…

Raúl: ¿Y ahora, qué pasa?

Leticia: Nada.

Julián: Solo que es extraño verte tan de noche.

Raúl: ¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? Ya deberían irse ya a dormir, la pareja hermosa se van a su cama.

Julián y Mónica lo miran con decepción.

Leticia: Es mejor que me vaya a reposar. Con su permiso.

Raúl sonríe. Mientras que los demás se van a sus respectivas habitaciones.

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Julián entra a la recamara, ve a Mónica acostada y se le salen lágrimas.




Julián: Necesito hablar contigo.

Mónica: Bueno, ¿dime?.

Julián: ¿Tú me aceptarías una infidelidad?

Mónica (se levanta): No me tienes que decir nada. Las cosas que me tengas que decir de seguro las pensaste. No podré creerte.

Julián: Te aseguro que no he pensado más que lo que siempre te he dicho con el corazón: que te quiero.

Mónica: ¿Me quieres o me amas? Hay una gran diferencia entre esos conceptos, Julián.

Julián se trata de acercar a ella, sin embargo la mujer se aleja.

Julián: Para mí no existe ninguna diferencia. Querer y amar es el mismo afecto para ti. Porque al final es un sentimiento del cual está ligado a mí.

Mónica: Suena bello cuando lo dices.

Julián: No quiero tener que perderte, Mónica. Te amo, y te quiero, no deseo perderte.

Mónica: Sabes, yo quiero creer mucho en ti, pero me dolería en el alma, si tú no me tienes confianza.

Julián: ¿A qué lleva todo esto?

Mónica: A que… Tú me cuentas esto y me vas a engañar con otra, dándole toda la razón a tu padre de todo lo que pasa.

Julián: Ya te lo explique todo, aun así, tienes que confiar en mí.

Mónica no contesta. Julián se tapa con la frazada.

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Zoila y Rubí están hablando.




Zoila: No puedo creer lo que acaba de pasar. Esto es mi ruina.

Rubí: Cálmate, Zoila. Esto no afectara nada al bar.

Zoila: ¿Qué no? Tan solo falta que me cancelen hasta nuevo orden.

Rubí: ¡Y todo por culpa del patán ese! Hasta la pobre de Almendra se esforzó en alzar el bar..

Zoila: Aun no entiendo, ¿cuál fue el desorden?

Rubí: El patán ese quería, que Almendrita se fuese con él a la fuerza. Y obvio que mi amiga no se deja.

Zoila: Esto es grave, ahora por culpa de ese estamos en la cana!!!

Rubí: La verdad es una lástima.

Zoila: No, eso no es natural. A mí no me engañan. Almendra está enredada con los ricachones.

Rubí: Ni que fuéramos tan ambiciosas.

Zoila: Si tú lo dices, lo creeré. Y espero que esto acabe bien.

Rubí: Yo también, pero bueno a entrarle al des tapadero.

Policía (gritando): ¡Silencio!

Rubí pone expresión de aburrida.

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Daniel llega a su casa. 




Daniel: ¡Ya llegue mamá!

Nata: Mira nada más a qué hora vienes. Por eso no me gusta ese trabajo que traes.

Daniel: ¿De qué hablas? No fui al trabajo, pedí que me dejaran trabajar como pintor.

Nata: Menos mal…

Daniel: Aunque te confieso algo, me gusta cantar.

Nata: Bueno, me gusta que me cuentes todos los detalles, me alegro por tu metida a la cantada y a la pintura.

Daniel: Muchas gracias mami, de verdad me siento afortunado de tenerte como madre.

Nata: MI hijo, no dudes que te quiero mucho.

Ambos se abrazan.

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En una celda, meten a un grupo de hombres en una celda y en otra a unas mujeres, en frente de una de la otra. Lo que no sabe Almendra, es que Isabel está allí…





Almendra: ¡Créame que no es la única!

Rubí: Mira no le ruegues ni más, así son estos hombres.

Almendra: ¡Por favor!

Almendra se queda callada. No sabe en qué momento se quedo ahí. Isabel (Jaina) la mira.
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INT. / MANSIÓN URIARTE / SALA DE ESTAR / NOCHE

Emilia y Rogelio están conversando.




Emilia: Rogelio, no sientes algo extraño.

Rogelio: Sobre ¿qué?

Emilia: Es que siento que Mónica se fue muy delicada de salud.

Rogelio: Me preocupa mucho mi sobrina.

Emilia mira a otro lado y Rogelio mira a ella.

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En la cárcel, Isabel se acerca ante las demás mujeres con mucho cinismo…







Rubí: ¡Hay, manita!

Almendra: ¡Rubí!

Isabel: Vaya, mira quien tenemos aquí, “la reina” y “la esclava”.

Rubí: Hasta esta hora me dejaron verte, “fichita”.

Almendra: No puede ser, ¿tú? ¿Qué haces aquí?

Isabel: Bueno… “estoy de vacaciones y me tomo un juguito”. Estoy en la cárcel por un crimen que no cometí.

Rubí: Bueno, un crimen que cometiste, yo creo que sí eres capaz.

Isabel: Mira, ¿sabes qué? No te metas cara de sapo que es mi problema.

Almendra: Sea lo que sea, no puede ser bueno lo que hiciste.

Rubí: Claro, tú te fuiste presumiendo tu gran futuro y mira donde estas.

Isabel: A ustedes no les importa eso.

Zoila: Seguramente te metiste en una cochinada y por eso estás aquí.

Isabel (desagrado): ¿Meterme algo? Ni que fuera una cocainómana.

Rubí: Mejor, porque te puede dejar fea y espantosa, pero por fuera.

Isabel: ¿Qué quieres decir?

Rubí: Nada, solo decía.

Isabel cruza los brazos, mientras que Almendra y Rubí están mirándola.

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INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN SAN ROMAN / MAÑANA

Al día siguiente, Mónica esta acostada, algo con la cara de deprimida. Leticia la observa...




Leticia: ¿Cómo amaneció?

Mónica: Bien dentro de todo.

Leticia: Disculpe que me meta, pero ¿no va ir al médico?

Mónica: Aun no me dicen cuando se inicia. Pero la verdad ya no tengo ganas de curarme.

Leticia (preocupada): No diga eso. Usted va a vivir más tiempo. Es cuestión de fuerza de voluntad.

Mónica: A veces los ánimos se me suben, y ahora se me bajan. No es tan fácil estar contenta.

Leticia: En la vida hay descontento, felicidad, y a veces cosas que suponemos sean imposibles, los cuales nos deprimen, pero cuando hay remedio no hay que ponernos tan así.

Mónica: Así es, que haría sin ti, Leticia.

Leticia la observa, mientras que Mónica se levanta de su cama.

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INT. / MESA PARA DOS / RESTAURANTE / MAÑANA

Rubén está conversando con Rebecca.




Rubén: Bueno, que te parece si nos vamos está noche a bailar.

Rebecca: Hum, sí que estás dispuesto a todo, ¿no?

Rubén: Bueno quiero que apoyes mis locuras.

Rebecca: La verdad es que no puedo dejar a Mónica sola.

Rubén: Pero entonces, puede acompañarnos.

Rebecca: No me parece mala idea, es más, quiero que salga de su zona de confort, es que mi prima es un amor.

Rubén: ¿Prima?

Rebecca: ¡Ah! Creo no haberte contado nada, pero…

Rebecca le cuenta todo a Rubén.

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INT. / SALA DE ESTAR / MANSIÓN URIARTE / MAÑANA

Emilia está conversando con Úrsula, mientras que Clotilde limpia la casa con un plumero…





Emilia: Clotilde, un favor, quiero que nos traigas unas limonadas.

Clotilde: En seguida señora.

Emilia: Bueno, ¿qué me estabas diciendo?

Úrsula: No bueno, es que te contaba, lo que me decía el bueno para nada ese de mi ex.

Emilia: ¿Y qué te decía?

Úrsula: Ay qué mala, ¿no escuchaste lo que te dije?

Emilia: Lo siento, es que andaba en otra cosa.

Úrsula: Bueno, te perdono por esta, pero dime, ¿en qué piensas?

Clotilde se acerca con una bandeja de sendos vasos de limonada.

Emilia: Gracias, Clotilde.

Clotilde: Con su permiso (Se va).

Emilia: Justo cuando te veo, me recuerdas algo (Úrsula toma su vaso de limonada y bebe de sorbos), es sobre la medallita que le puse a mi bebe cuando la abandone, dime, todavía lo conservas.

Úrsula (se atraganta con la limonada con nerviosismo): ¿Ah?

En eso llega Ramiro, el chófer.



Ramiro: ¡Buenos días señoras!

Úrsula: Qué bueno verte por aquí, recordé que tengo que salir hacer unos pendientes. Chofer, tienes que llevarme.

Ramiro: Sí, señora…

Ambos se van, mientras que Emilia se queda muy pensativa.

Emilia: Qué extraño, porque cada vez que quiero hablar con ella, me deja con la palabra en la boca.

INT. / OFICINA DE RAÚL / CONSTRUCTORA SAN ROMAN / MAÑANA

Raúl está hablando con alguien por teléfono…



Raúl: Espero que me tengan todo cumplido (Pausa). Bueno ya, nos vemos (Cuelga).

En la puerta, Rogelio entra a la oficina y lo recibe Raúl.



Rogelio: Raúl.

Raúl: Rogelio, amigo, pásale.

Rogelio: Gracias (ve el asiento) ¿Puedo tomar asiento?

Raúl: Por supuesto.

Rogelio toma asiento.

Raúl: ¿Y qué te trae por aquí?

Rogelio: Bueno, es que te quiero compartir mi alegría contigo.

Raúl: ¿Así? Y dime. ¿Por qué tan feliz?

Rogelio: Bueno, eso lo sabrás este sábado, te invito a una fiesta que Emilia y yo organizamos.

Raúl: Me parece estupendo.

Rogelio esboza una sonrisa y Raúl sonríe por un rato.

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INT. / CELDA / DELEGACIÓN / MAÑANA

Almendra está pegada a los barrotes y un guardia le da aviso…



Guardia: Tienes permiso para una llamada no más, aprovéchala vaga.

Almendra: Hay gracias manita.

Guardia: Aichis.

El guardia de policía se va. Almendra saca de su bolsillo un papel que le dio Julián la otra vez y toma el teléfono.

INT. / OFICINA DE RAÚL / CONSTRUCTORA SAN ROMAN / MAÑANA

Rogelio se levanta del asiento…




Rogelio: Bueno me tengo que irme, urge mi presencia en la delegación.

Raúl: ¿Tan pronto?

Rogelio: Es sobre un molesto escándalo en un bar ese con nombre vulgar… “La Tongelele”.

Raúl se sorprende y aparenta no estarlo, para que no se dé cuenta.

Rogelio: Bueno, nos vemos. (Se despide dando la mano y se va)

INT. / CELDA / DELEGACIÓN / MAÑANA

Julián se presenta en la celda de Almendra…








Julián: ¡Almendra!

Almendra se encima en la reja de fieros lo tiene enfrente

Almendra: ¡Julián! ¡Qué bueno que estás aquí!

Julián: Qué bueno que me llamaste, supuse que estarías aquí. No te preocupes, te ayudare a salir de este lugar.

Almendra se aleja dándole la espalda a Julián.

Almendra: No es creo que sea lo correcto. Yo…

Julián: Por favor, no sientas pena, yo pago con gusto tu liberación y todo.

Almendra voltea

Almendra (nerviosa): Pero yo…no.

Julián: No te preocupes. Lo importante es que salgas de aquí.

Almendra: Pero te debo advertir una cosa. Creo que no es bueno que continuemos viéndonos. Esto no debe pasar más… que como algo de aventura.

Zoila: Pero ¿qué dices hija mía? Tú debes aceptar.

Almendra: Pero es demasiado abuso, peor dejándolas solas.

Julián: Por mí no hay problema, les pago a las tres.

Almendra (nerviosa): Bueno, que pena, pero… (Se pone contenta) muchas gracias.

Isabel (Jaina) los observa a lo lejos con gran rencor.

INT. / JARDÍN / MANSIÓN SAN ROMAN / TARDE

Mónica está sentada en la compañía de Leticia, mientras que Lorenza trae a las visitas quienes son Emilia y Rebecca…







Emilia: Hija, ¿cómo estás?

Mónica ve a su tía acompañada de Rebecca.

Mónica: ¡Tía! Yo estoy muy bien.

Mónica abraza a Emilia y luego a Rebecca.

Mónica: ¿Y tú?

Emilia: Yo también.

Rebecca: Igual yo.

Mónica: ¿A qué debo su visita?

Emilia: Es que verás, te tengo noticias. (Mónica presta atención) Te vengo a invitarte a una ceremonia en honor a Rebecca por su regreso.

Mónica: Eso es fantástico, me imagino que estás feliz Rebecca.

Rebecca: La verdad soy de las más sorprendidas, no me lo habías contado.

Emilia: Es cierto, una disculpas por no contarte todos los detalles, pero era mi deber como madre, pero ahora lo sabes y te espero, Mónica, este sábado para la gran celebración.

Mónica: Excelente, iré con mucho gusto.

Emilia: Jejeje… Espero lograr hacer entender a mis amistades.

Rebecca: Madre, todo lo que haces está bien.

Emilia: Bueno, las dejo, tengo que irme a mis quehaceres.

Mónica: Te entiendo, aun no dejas a los niños huérfanos.

Emilia: Así es, cumplí con mi palabra con esos chiquitines y me necesitan, además van días que no los visitó mucho, ni al sacerdote.

Rebecca se queda pensativa.

Mónica: Qué Dios te acompañe tía y me saludas a uno de ellos, creo que simpatizaron la última vez que fui.

Emilia: No te preocupes, le doy tus mensajes.

Rebecca se queda pensativa y Mónica se despide a lo lejos de su tía Emilia.
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INT. / OFICINA DEL COMISARIO / DELEGACIÓN / TARDE

Ricardo está sentado en compañía del comandante Rivera, el primero analiza los casos que han llegado a su juzgado.



Rivera: Estos son dos casos nuevos. Uno es de intento de usurpación y el otro es un escándalo en un bar. De hecho la responsable esta aquí detenida.

Rogelio: ¿Usurpación? ¿De qué?

Comandante: Sobre… sobre su hija pérdida.

Rogelio: No puede ser, ¿quiénes estaban involucrados?

Comandante: Una tal Isabel Álvarez Rosales, se intentaba hacerse pasar como su hija, pero su plan fracaso y tuvimos que arrestarla con la ayuda de Lara.

Rogelio se sorprende al escuchar esto.

Rogelio: Increíble todo lo que me cuentas Rivero, pero que clase de maldad hay en el mundo.

Rivera: Lo terrible no termina aquí, su cómplice resulta ser Baldomero Alcides, su sobrino y hermano de la señorita Mónica.

Rogelio (sorprendido): ¡No puede ser!

Rogelio se queda impresionado con las noticias de Rivero.

INT. / JARDÍN / MANSIÓN SAN ROMAN / TARDE

Mónica y Rebecca conversan sentadas en las sillas en medio de una redonda mesa…




Rebecca: Rubén me invito a salir, pero quiero que nos acompañes con nosotros.

Mónica: ¿Y eso? No se supone que es una cita.

Rebecca: Claro que no, solo que quiero divertirme como amigos, pasar el rato.

Mónica: ¿No que amas a Rubén?

Rebecca: No me preguntes eso, que lo único que importa es hacerte feliz, ¿qué dices vienes?

Mónica: De acuerdo.

Rebecca: Bueno, creo será para mañana, en eso quedamos Rubén y yo .

Mónica: Muy bien los acompañaré.

Rebecca sonríe ante Mónica.

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Rogelio llega a los separos, ahí ve en una celda a una joven.








Rogelio: Buenas tardes…

Almendra (se recoge el pelo y lo ve): Buenas… ¿quién es usted?

Rogelio: Soy él que llevara el caso. Así que tú eres la culpable de todo.

Almendra (le contesta bruscamente): Yo no soy culpable de nada. Aquel tipo ese de enfrente (Baldomero se ríe) solo quiere perjudicarme porque no le hice caso.

Rogelio (la mira fijamente): Tú y yo, ¿no nos hemos visto antes? Se me haces conocida.

Almendra (Lo mira y también se le hace conocido): Creo que sí, no puede ser.

Rogelio la mira fijamente y tiene flashback…
* * * * * * * * * * * * *

Emilia le pasa la voz a Almendra…

Emilia: ¡Espera! Por favor… no te pongas así, solo queremos ayudarte.

Ramiro: Es cierto, es un gesto de su propia amabilidad, debes aceptarlo, sino quizás no cualquiera te va a tratar mejor que mi señora Emilia.

Almendra (voltea a verlos): Gracias por todo.

Emilia sonríe de felicidad.

Emilia: Será mejor que le des una ayuda, Ricardo.

Almendra: No creo que deba molestarse tanto.

Rogelio: Muchacha, no es molestia, mi esposa quiere ayudarte, eso debes saberlo.

Rogelio saca de su cartera un par de billetes

Almendra (modesta): Ah, no, no por favor, no lo acepto, nada de eso. Les agradezco su amabilidad, y es todo, pero no me dejo llevar por el dinero.

Emilia sujeta el fajo de dinero.

* * * * * * * * * * 

Rogelio: Tú eres la joven que de accidente casi la atropella mi chofer.

Almendra se queda desconcertada.

Almendra: Es usted el señor ese que me quería pagar por ello, que no acepte.

Rogelio: No pensé encontrarla aquí, y menos en esta situación.

Almendra: Ya le dije, fue culpa de ese tipo que me fastidio el día, por eso estoy metida en esto, al igual que mis amigas.

Rogelio: Entonces eres una cabaretera.

Baldomero: Sí, lo es, por dinero se hace la muy caliente.

Almendra: ¡Ya cállate! No me digas eso.

Rogelio: Todo esto se llevara a juicio, y no creo que salgas bien librada, muchacha.

Almendra: No le pueden creer mas a ese patán que a mí.

Rogelio: Existe la duda moral, lo que le hace convenir a él.

Almendra: Porque lo hace, ¿por qué trabajo en un bar? Porque estar en ese ambiente de dudosa moral, ¿es malo? No señor, no soy tan ignorante, se lo que se dice y no.

Rogelio: Pues las leyes no se competen así. Saldrá bajo fianza en lo que se arregla su situación. 

Almendra se queda satisfecha.
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En un hostal de Campeche, Lucía Fernanda “Lucyfer” y Clementina está viviendo temporalmente allí.




Clementina: No puede ser, las niñas del orfanato se alejan de nosotras.

Lucyfer: Para lo que me importan esa bola de escuincles.

Clementina: ¡Cállate Lucía Fernanda!

Lucyfer: ¡Deja de decirme ese nombre tan largo! (Le avienta una bofetada). ¡Soy Lucyfer y por tu culpa estamos aquí! ¡Maldita sea!

Clementina la ve con mucho temor.
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Afuera de la delegación…





Rubí: ¡Que gusto me da, por fin!

Rubí, Almendra y Zoila se van caminando por la pista. Sin saberlo, Julián con un ramo de rosas va hacia su amada, por otro lado Daniel estaba a punto de acercarse a ellas, pero al ver a Julián junto a Almendra, decide irse.




Daniel: Qué mal, esto no era lo que pensaba. (Se va)

Almendra: Gracias Julián, sin ti nunca podría salir de ese lugar horrendo.

Julián: Bueno, por ti sería capaz de todo.

Almendra: El juez me dijo que una más en estas y me mete al bote.

Julián: Bueno entonces te tienes que cuidar mucho.

Almendra: Lo que siento es por Baldomero y la Jaina.

Rubí: De esos dos que se merecen estar por malosos.

Zoila: No hay que desear el mal a alguien.

Julián: De cualquier forma, yo te puedo ayudar. Soy psiquiatra y puedo intervenir en esto.

Almendra: No me digas que es diciendo que estoy loca, porque eso no lo voy a permitir.

Julián: Jejeje… no es eso. Simplemente diré que tú necesitas atención por otras cuestiones, la verdad he notado que me querías contarme un secreto pero no se pudo.

Almendra: Lo siento, pero es que no confiaba en ti del todo.

Julián: No te preocupes, sobre el juez que intervino para que esto no pase a mayores.

Almendra: ¡Gracias!, pero creo que te has molestado mucho, y la verdad no quiero abusar. Y bueno creo que no es correcto.

Rubí: ¡Ay, mana! No seas orgullosa, y acepta, que es por tu bien. Ya te lo han dicho.

Zoila: Así es mija, tienes que tener seguridad en tu persona.

Almendra: Es que no se…

Julián: Tienes que intentarlo, eso no te hará daño.

Rubí: Bueno yo me tengo que irme. Tengo una cita con mi novio, y bueno, no pensé que esto pasaría. Pero la Almendra necesita distracción,. Así que bueno, es mejor que vaya con ella, también con Zoila.

Zoila: Por mí no hay problema, pero tengo que irme para mi chamba a arreglar todo.

Julián: Bueno, yo también tengo que irme ya.

Almendra: Entonces, nos veremos algún día.

Julián: Claro que sí, pero por el momento, me tengo que despedirme de ti (le da un beso en la mejilla).

Rubí: Ay, ¡QUÉ ENVIDIA!

Todos ríen a carcajadas.

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INT. / HABITACIÓN / MANSIÓN SAN ROMÁN / TARDE

En la recamara de Mónica, esta no deja de pasearse. Esta nerviosa, ve el teléfono, ve la puerta, ve el celular. Se sienta en la cama, se levanta y se ve al espejo. Tocan la puerta y se trata de Leticia…




Leticia: Te tengo que darte malas noticias.

Mónica: ¿Qué sucede Leticia?

Leticia: ¡Atraparon al joven Baldomero!



Camina hacia la ventana y observa el jardín, no ve a nadie, de pronto siente marearse.

Mónica (se impacta ante la noticia): ¡Oh, no! No por favor.

Trata de llegar a la cama pero a mitad del camino se desmaya. Leticia se alarma…
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Almendra camina por el parque junto con Julián.




Almendra: Ha estado mucho tiempo conmigo. ¿No crees?

Julián: Me agrada estar contigo, eres muy divertida.

Almendra: Gracias por la cita, pero creo que hasta aquí termina nuestro recorrido, creo que te estoy molestando.

Julián detiene a Almendra.

Julián: Almendra… yo, solo quiero ayudarte, en ningún momento quiero que te sientas mal.

Almendra: Es que no debe ser así…  ayer no te vi en el bar y sentí mucha envidia de que estuvieras con tu esposa.

Julián: Lo sé y no sabes, cuanto deseo estar contigo…

Almendra: Hablas como si quisieras desearle la muerte a tu esposa.

Julián: No, no, solo que te amo a ti, pero a la vez amo a Mónica, solo que a veces la vida te juega muy sucio.

Almendra lo mira a los ojos y nota en él mucha distracción y no le presta atención a ella.

Julián: Almendra, ¿tú sientes algo por mi?

Julián le toma el rostro con las dos manos. Observa también sus ojos.

Almendra (nerviosa): Esto no me puede pasar a mí.

Julián: Debo confesarte algo, Almendra. No sé lo que siento por ti, pero en estos momentos te puedo decir que es lo que quiero hacer.




El corazón de Almendra palpita muy fuerte al ver al hombre que resulta ser el amor de su vida. Siente nerviosismo, una gran sensación que nunca había sentido antes

Almendra: ¿Y qué es lo que quieres hacer?

Julián (le habla tiernamente): ¡Te amo Almendra!

Almendra derrama una lagrima y se zafa de las manos de Julián, pero él la detiene de una mano.

Julián: No te vayas…

Almendra: No puedo, oh!

Julián se acerca a ella y sus labios rozan lo de la joven, ella aun se niega aceptarlos…pero lo termina aceptando. Unen sus bocas en un sello se amor.


CONTINUARÁ…