sábado, 5 de septiembre de 2015

Capítulo 10: “Juegos de la Vida II”

Capítulo 10:

“Juegos de la Vida”



(Continúa la canción desde 1:01…



El baile hace ver a Julián cohibido ante la gracia de Almendra. Ella le responde con una sonrisa coqueta y Fernando no puede disimular el que la joven la atrae. Detrás de bambalinas, se presenta Baldomero, quien después de todo fingió no fijarse en Almendra y los mira con muchos celos a Julián.





Aparece don Raúl detrás de él.

Baldomero (molestia): ¿Qué hubo don Raúl?

Raúl no le agrado reencontrarse con el vago.

Raúl: Sabía que en un momento a otro te encontraría. Lástima que fue así.

Baldomero: Aún todavía no acepta que ya perdió.

Raúl: Ni sé ¿de qué hablas?

Baldomero: Descuide, no le diré, sus desvaríos con una prostituta.

Raúl: Eso no es de tu incumbencia.

Baldomero mira a la pareja con un gran rencor, pero más hacia Julián.

En el baile.

Ambos se acercan muy sutilmente, pues se sienten una vibra que los hace temblar. La canción sigue todavía. Ambos se miran fijamente para seguir bailando.

Termina la canción.)

Todos se van a sus asientos y ellos también van a su mesa y conversan.

Almendra: Lo supuse.

Julián: ¿Qué?

Almendra: Que no sabes bailar.

Los dos se ríen.

INT. / CAMERINO DE ALMENDRA Y RUBÍ / BAR “La Tongelele” / NOCHE

Zoila entra apresurada por arreglarse el cabello.




Zoila: ¡Mira nada más, como estoy! Un poco mas y parezco una bruja.

Ve la jarra de agua y se sirve un vaso, lo toma y lo deja a un lado.

Zoila: ¡Ay, ya me dio sed!

Escuchamos música incidental:




Se va cerrando la puerta.

(Termina la música incidental.)

Almendra y Julián se ven en la mesa, y toman sus copas de champan, se ríen.




Almendra: Eres todo un caso, si vinieras más seguido, seguro me divertiría mucho y de paso, te enseño unos pasitos de baile y aprendes al toque.

Julián: Jejejeje, por favor ¡las necesito!

Almendra: Jajajaja… Así es.

Se acerca don Raúl satisfecho.

Raúl: Veo que se están divirtiendo mucho.

Almendra se siente incómoda.

Julián: Papá, ya regresaste. Tardaste mucho.

Raúl: Solo lo necesario.

Almendra: Creo que mejor los dejo solos (se levanta de la silla).

Raúl: ¡Oh, no! Claro que no, tome asiento. Si es por lo mal que la trate el otro día, descuide, ya lo olvide y mejor pasemos como buenos amigos. Solo que… quiero que acepte mis disculpas.

Almendra: Pues le acepto, pero enseguida tendré que cantar, así que no puedo entretenerme mucho, sino me corren. De todos modos gracias.

Baldomero los observa desde lejos.

Baldomero (pensamientos): No entiendo nada, ¿por qué siento esto con la Almendrita?.

Almendra: Con permiso.

Julián: Adelante.

Almendra se retira. Raúl sonríe de pícaro de frente a su hijo.

Raúl: La verdad es que la vieja no está nada mal.

Julián: ¿Qué dices?, papá. Es una dama, respétala.

Raúl: ¿Qué? Pero si es toda una ficha.

Julián se le queda viendo enojado.

Raúl: Está bueno, ya ni te molesto. Y ¿cómo te fue con ella?

Julián (hablando con ataques hirientes): ¿Por qué la pregunta, papá? ¿Quieres que me enrede con Almendra?

Raúl: No es nada del otro mundo, sería una aventura. Yo no diría nada a nadie, si a lo mucho a Mónica, para que lo tome en buen plan.

Julián: ¡¿Qué diablos te pasa?! ¡¿Por qué quieres arruinar mi matrimonio?!

Raúl: Es que aun no lo entiendes…

Julián: Yo amo a Mónica y por nada le haría algo como lo que dices.

Raúl: Eres hombre y los hombres en cuestión de mujeres y faldas, no tenemos la palabra comprada.

Julián: Deja mejor los sermones, será mejor que nos vayamos de una buena vez.

Raúl: No te enojes, ¿para qué hacerlo?

Julián se levanta, saca su billetera y se va dejando pagado la cuenta sobre la mesa. Raúl solo observa.

Julián pasa por donde está Baldomero y este es visto inadvertido, pues el otro no lo ve.

INT. / OFICINA DE ZOILA / BAR “La Tongelele” / NOCHE

Almendra se adentra en la oficina de Zoila.




Almendra: ¡Listo!, me cambio y voy al escenario.

Zoila: Este… bien, ve rápido.

Almendra obedece y se va. Zoila da unos pasos y hace gesto de molestia, del cual lleva sus manos al estomago.

Zoila: ¡¿Qué?! ¡¿Qué me está pasando?! ¡Me duele!

Zoila se recarga en la pared y siente adolorida.

Almendra llega a su camerino y se empieza a desvestir. De repente observa al espejo y se da cuenta que alguien la observa y voltea tapándose los senos.

Almendra: ¡¿Tú?!

La persona que la observaba era Baldomero y también mira el vaso que tiene poco agua a lado de una jarra, la misma que contenía veneno.



Baldomero: Me vas a decir ¿de qué hablaron tú y mi cuñado?

Almendra está sorprendida ante un Baldomero completamente cambiado.

Almendra: ¿Qué haces aquí? ¡Te pido que te vayas de aquí!

Baldomero: ¡No me voy! Primero me dices, ¿qué hacías con mi cuñado?

Almendra: Yo no te tengo que darte explicaciones de nada, así que, ¡fuera!

Baldomero la agarra de los brazos.

Escuchamos música incidental:



Baldomero (furioso): ¡Claro que me dirás! ¡¿Qué?! ¡¿Te gusta?! ¡Te gusta Julián!

Almendra: ¡Suéltame!

Baldomero se ve fuera de sí y le aprieta más fuerte el brazo.

Termina el incidental.

INT. / OFICINA DE ZOILA / BAR “La Tongelele” / NOCHE

Rubí entra a la oficina de doña Zoila, sin que se dé cuenta.




Rubí: Doña Zoila, aquí vengo a entregarle…

Doña Zoila yace en el piso, inconsciente y ella se asombra.

Rubí: ¡Doña Zoila! ¡¿Qué le pasó?!

Rubí está asustada y muy consternada al ver a doña Zoila en el suelo. Se va, cerrando la puerta a buscar ayuda.

INT. / CAMERINO DE ALMENDRA Y RUBÍ / BAR “La Tongelele” / NOCHE

Comienza música incidental.


Baldomero sostiene del brazo a Almendra...




Baldomero: ¡¿Te encanta él?! ¡DÍMELO!

Almendra: ¡BASTA, ERES UN SALVAJE!

En eso llega Rubí, quien se sorprende y ataca gritando.



Rubí: ¡OYE! ¡¿QUÉ LE ESTÁS HACIENDO A MI AMIGA?!

Baldomero suelta a Almendra y ella se despeja de él, mientras que él siente vergüenza.

Rubí: ¿Qué sucede aquí?

Almendra finge no pasarle nada, pues ha visto a su amiga con ojos rojos que estaba llorando, Almendra aprovecha para ponerse una blusa, mientras que Baldomero se toca la cabeza.

Almendra: No es nada, pero ¿por qué gritas así?

Rubí (con lágrimas en los ojos): ¡Ay, manita! ¡Es doña Zoila!

Almendra (extrañada): ¿Qué tiene doña Zoila?

Rubí: No lo sé. De pronto la vi muy mal, y no responde de mí. Ven y ayúdame.

Almendra: ¡Vamos!

Baldomero: Yo también las puedo acompañar.

Rubí (le habla fríamente): Pos, ¿no lo sé?

Almendra: Déjalo, que nos acompañe, siempre ayuda un hombre.

Se van corriendo hacia la oficina de doña Zoila.

Rubí: Te digo que fue de repente.

Almendra: Me preocupa doña Zoila, ¿qué le habrá pasado?

Almendra abre la puerta y se horroriza al ver a doña Zoila en el suelo.

Almendra: ¡Doña Zoila! (Se recuesta en el suelo cerca de ella). ¡Rubí llama a la ambulancia!

Rubí (llorando consternada): Sí amiga.

Termina el incidental. Rubí toma el teléfono y marca al número del primer hospital que se le ocurra.

Baldomero: Pero, ¿qué le habrá pasado?

Almendra: No lo sé, ¿algo habrá tomado? Pero ¿qué?

Baldomero: Seguro algo en mal estado.

Almendra: No, eso le hubiera dado dolor de estómago, debe ser algo muy fuerte ¿pero qué?

Baldomero recuerda haber visto un vaso con poco agua a lado de la jarra.

Baldomero: Por casualidad ¿Tú tomaste algo de agua?

Almendra (extrañada): Claro que no.

Jaina va pasando por los pasadizos, escucha ruidos, le entra curiosidad y escucha la conversación.



Baldomero: Porque sospecho que ese vaso que está tomado de tu camerino, es el que se lo tomo doña Zoila, seguro estuvo envenenado.

Almendra (espantada): ¡Dios Santo!

Jaina (hablando en voz baja para que no la escuchen): ¡No puede ser!

Almendra: Entonces, ¿alguien quiso matarme?

Jaina: ¡Maldita Zoila! Se tomo el veneno que era para la maldita de Almendra.

Baldomero: Lo mejor será que esperemos a la ambulancia, (le toca el pulso) al menos está consciente.

Almendra (preocupada): ¡Menos mal! Pero la que merecía estar en su lugar era yo, no ella.

Baldomero: No te sientas mal, así lo quiso el destino.

Jaina: Sí, eso sí, debiste morirte tú, pero me salió el tiro por la culatra.

Los paramédicos van llegando al lugar, mientras que hay pocos borrachos en el auditorio, pocos importan en los lugares. Rubí les indica el lugar y levantan a doña Zoila para llevársela al hospital.

INT. / HABITACIÓN DE MÓNICA Y JULIÁN / MANSIÓN SAN ROMÁN / MAÑANA

Es de mañana, Baldomero entra al cuarto de la pareja. Entra todo confiado, pero a lo lejos está Leticia, quien se extraña de la presencia de Baldomero.




Baldomero toma una pulsera especial de su hermana, se va yendo del cuarto minuciosamente. Leticia se esconde para no ser descubierta.

Leticia: ¿Qué extraño?

Leticia se va a sus quehaceres.

INT. / SALA DE ESTAR / MANSIÓN URIARTE / MAÑANA

Después de unas horas. Emilia está conversando con el detective Lara, Mónica está presente, éste le explica los detalles para encontrar a su hija…





Lara: Los datos que me acaba de dar, me da una idea clara por donde hay que seguir en la investigación. Aunque haya pasado 20 años, aun se puede hacer algo. Desde luego que no garantizo nada, pero el intento se hará. Esperemos que pueda hallar a su hija, señora Uriarte.

Baldomero toca la puerta, interrumpiendo la conversación. Clotilde pasa abrir la puerta.



Baldomero: ¡Buenos días!

Clotilde: Adelante, joven.

Se adentra a la casa. Clotilde le hace prejuicio y le hace gestos de desagrado.

Baldomero: ¡Buenos días, tía!

Emilia: Qué milagro que me vienes a visitar.

Baldomero: ¿Eh? Veo que estás ocupada.

Emilia: Sí, lo siento, no puedo atenderte…

Baldomero: No, no, no, descuida, yo me voy a otra parte a esperar.

Emilia: Muy bien, ya luego te atiendo como se debe.

Baldomero se va a otra parte de la casa. Emilia continúa su conversación…

Emilia: Me consuela que me informe esto, pero si usted hace ese milagro, le estaré eternamente agradecida.

Mónica: Detective Lara, solo quiero recordarle que esto debe manejarse bajo la absoluta discreción, sin que nadie más lo sepa, y mucho menos Don Rogelio Uriarte.

Lara: Descuide, que seré lo más discreto posible. En cuanto tenga pistas e indicios que me lleven a encontrar a su hija, la llamare señora Uriarte.

Emilia: Muchas gracias.

Mónica: También debo pedirle un favor, hablando de llamadas.

Lara: Dígame.

Mónica: Deberá también llamarme a mi casa, pregunte por mí (saca una tarjeta de presentación de su bolso) este es mi numero. Cualquier novedad hágamela saber a mí, que yo le diré todo a mi tía.

Emilia: Creo que así es mejor, sin que nadie sospeche nada.

Lara: Me parece buena idea.

Emilia: Bueno. Sin más que decir, creo que nos vamos.

Mónica: De acuerdo.

Lara: Váyanse sin pendiente. En cuanto sepa algo, la llamare señora San Román.

Mónica: Gracias.

Lara: Bueno, me tengo que irme, eso sería todo.

Emilia: Adelante.

El detective Lara se retira, Clotilde pasa abrirle la puerta. Mónica y Emilia suspiran un poco…

Emilia: Tengo una fe que esta vez, sí voy a dar con mi hija.

Mónica: Yo también creo en eso, pronto daremos con tu hija.

Emilia: Eso espero.

Emilia suspira de nuevo. Baldomero escucha todo lo que hablan y pasa en frente de ellas, espera un momento para fingir que no escucharon nada.

Baldomero: Bueno tía, hermana, paso a retirarme también.

Emilia: Está bien, pasa.

Mónica se extraña mucho, mientras que Baldomero se va hacia su auto.

INT. / PLAYA DE ESTACIONAMIENTO / CAMPECHE, SAN FRANCISCO / MAÑANA

Un auto de lujo rodea la ciudad. Pronto se estaciona en una gran puerta. De la ventanilla que se desliza hacia abajo, vemos del quien lo maneja: Baldomero.



Baldomero: Así que es aquí. El que era el auspicio de menores “Marjories”. Vaya lugar, parece que ya ni quedo la sombra de aquella.

Se va a preguntarle algo al dueño del actual lugar.

Baldomero: Disculpe, ¿sabe si una vez existió un orfanato o auspicio aquí?

Señor: Claro que sí, pero cerraron hace mucho tiempo, como unos veinte años.

Baldomero: Ah, entonces sabría, ¿cómo encontrar a las que dirigían el lugar?

Señor: ¿Se refiere a Lucía Fernanda y Clemencia? La verdad supe que se armaron otro local para un auspicio, pero ni sé mucho de ellas.

Baldomero: Bueno… gracias.

Señor: No hay de qué.

Baldomero se va a una joyería que se encuentra por ahí.

Baldomero: Buenas tardes.

Señor: ¡Buenas tardes!

Baldomero: Disculpe, ¿estaría interesado en comprar una pulsera de oro? (saca un pañuelo en donde viene la joya).

El señor la observa cuidadosamente.

Baldomero: Es muy fina, le perteneció a mi madre. Y bueno por ahora ando mal económicamente y deseo venderla.

Señor: ¿Cuánto quiere por ella?

Baldomero: Pues así, así… no sé, ¿cuánto me lo puede dejar?

Señor: Bueno, le ofrezco diez mil pesos.

Baldomero: ¿Diez mil pesos? Oiga, pero si esa joya debe valer más, mínimo el triple.

Señor: Es lo que puedo ofrecer.

Baldomero pone cara de enojado.

INT. / OFICINA DE RUBÉN / CLÍNICA / TARDE

Julián, Mónica y Rubén platican…





Rubén: Me da gusto que tengas deseos de superación. Veras que vencerás a la enfermedad.

Julián: Yo también eso espero. Y sé que Mónica también.

Mónica: Haré lo que me pidan, con tal de superar esto, y ser una mujer normal.

Rubén: Esa es la idea de todo el tratamiento, que el paciente piense positivamente, y que así, con un poco de fe, todo salga bien.

Baldomero: Pase lo que pase, amor, yo estaré contigo

Mónica: Gracias amor, sé que así será.

Rubén: Bien, entonces empecemos, tenemos que hacerte análisis de cómo estamos ahora.

Mónica se pone pensativa, mientras que los dos se detienen a verse.

INT. / PATIO / ORFANATO LAS ESPERANZAS / TARDE

Clementina está atendiendo a las jovencitas, quien las ayuda a jugar. Baldomero se acerca al lugar, Clemencia se da cuenta.




Clemencia: ¿Puedo ayudarlo?

Baldomero: Sí, quisiera visitar a la directora del orfanato.

Clemencia: ¿Se refiere a Lucía Fernanda? Por supuesto, adelante.

Adentro de la oficina de la directora, “Lucyfer” está organizando sus documentos. Tocan la puerta.



Lucyfer: ¿Quién?

Clemencia: Disculpa Lucía Fernanda, soy yo y… vienen a buscarte.

Lucyfer: De seguro es alguien con deseos de adoptar.

Clemencia: No lo sé.

Lucyfer: Bueno, hazlo pasar.

 Clemencia sale. Entra Baldomero con su sonrisa cínica.

Baldomero: ¡Buenas tardes!

Lucyfer: Buenas tardes. ¿En qué lo puedo ayudar?

Baldomero: Bueno… ¿sabe? Soy una persona directa, así que, voy al grano.

Lucyfer: ¿Quién es usted?

Baldomero: Eso no importa. (Saca de su saco un paquete de billetes) lo que si debe importar, es que me diga una información sobre una niña que fue abandonada hace más de 20 años.

Lucyfer: Pero hace 20 años fueron abandonadas docenas de niñas, ¿cuál de todas quiere que me acuerde?

Baldomero: Una en especial, se trata de una niña que fue abandonada en el auspicio “Marjories” hace más de veinte años.

Lucyfer: No me acuerdo muy bien y ¿qué la hace tan especial?

Baldomero: Solo sé que fue abandonada aquí. Y si usted no sabe ¿de quién le hablo? es mejor que me busque otras personas. Hay personas interesadas que van a ir por el paradero de la muchacha ésta. Y con el dinero que tengo, quiero a esa chica.

Lucyfer: Sigo sin entender.

Baldomero: Como le dije… hay personas interesadas en saber del destino de esa niña…bueno ahora ella sería una mujer. Yo le estoy dando una oportunidad para que usted diga que no sabe nada...

Lucyfer: Por favor, si alguien quiere saber del paradero o cosas de los niños que se abandona aquí, perdería su tiempo. Yo no doy ninguna información, y más si fueron dados en adopción.

Baldomero: Me parece bien. Pero sé que intentaran mucho para que usted diga algo. Sé que esa niña o mujer ahora no me interesa que aparezca, ya que me estorbaría en mis planes. Lo que quiero es discreción.

“Lucyfer” tiene un flashback en medio.
* * * * * * *

Clementina: No, no hay nada. Solo es una bebe de trajecito crema.

Lucyfer (molesta): Una boca más que comer, maldición.

Lucyfer se retira viendo con desprecio a la bebe. Clemencia abraza a la bebe.
* * * * *
Lucyfer tiene otro recuerdo…

Lucyfer saca su látigo para golpear a Almendra.  Clementina corre con todas su fuerzas para defenderla, pero es demasiado tarde, Almendra ya recibió el golpe, en la mejilla.

Angelina: ¡AAAAAAAAAAAAAhh! (Cae al piso inconscientemente).

Clementina: ¡ALMENDRA! ¡MI NIÑA!

Lucyfer (maquiavélica): ¡Tú nunca te irás de aquí!

[…]

Almendra se levanta a pesar de todo. Lucyfer vuelve a usar el látigo para lastimarla, pero ésta lo esquiva y valientemente golpea a la directora de tres puñetazos en la cara. (-En esta parte, Almendra no puede ver más allá de sus recuerdos, por eso le daré más entendimiento a ¿cómo acabó todo?-) Las chicas del instituto ven esto, y provocan una rebeldía que destrozan el lugar dejando en mal estado, tirando mesas, y tirar el portón del instituto hasta destrozarlo, todas ellas escapan. Mientras que Almendra pide a Clementina escapar juntas ante una Lucyfer inconsciente.

Almendra (exhausta): ¡Y LA PRÓXIMA VEZ, LE DARÉ HASTA DÓNDE MÁS LE DUELE!
* * * * * * *

Lucyfer reacciona y le responde…

Lucyfer: Claro, ya lo recuerdo, sí, sé ¿de quién se trata?

Baldomero: ¿cómo?

Lucyfer: Ya sé ¿de quién me habla?

Baldomero (sorprendido): ¿Y de quién se trata?

Lucyfer: No he recibido mi paga, así que…

Baldomero: Sí, pero…

Lucyfer: Entonces, no le diré nada. Aunque… La ética de este orfanato me pide ser confidente, y más si el dinero es una tentación (toma el sobre de billetes).

Baldomero: Bien, si es así. Solo le digo que no quiero que esa bastarda aparezca.

Lucyfer: Entiendo.

Rocky se levanta de la silla y sonríe.

Baldomero: Yo tengo mis motivos, solo quiero que usted no diga nada. De lo de más me encargo yo.

Lucyfer lo ve muy sonriente, ella sonríe con malicia.

INT. / LIVING / MANSIÓN SAN ROMÁN / TARDE

Lorenza les abre la puerta y entran Mónica y Julián a casa…





Mónica: Pensé que yo me aterraría con este inicio, pero fue sencillo.

Julián: Bueno, apenas es un análisis para ver ¿cómo debemos empezar todo?

Mónica: Sí, tienes razón. Oye…

Julián: Si, dime.

Mónica: ¿Qué te parece si salimos a cenar?

Julián (se queda extrañado): La verdad, no lo sé, este día fue muy cansado.

Mónica: ¡Vamos! Quiero disfrutar contigo esta noche…vamos, ¿sí?

Julián: Bueno… está bien. Esta noche vendré y espero que estés lista.

Mónica: Por supuesto, estaré lista para mi cita contigo, jejeje.

Mónica besa a Fernando.

Julián: Bien, nos vemos.

Mónica: Te espero con ansías.

INT. / OFICINA DE ZOILA / BAR “LA TONGELELE” / NOCHE

Rubí y Almendra están en la oficina de Zoila, estando muy preocupadas…




Rubí: Espero que mañana ya venga Zoila.

Almendra: Yo también.

Rubí: Oye, te ves un poco desorbitada, ¿qué te pasa?

Almendra: Nada. Solo que estoy contenta.

Rubí: ¿Algo te pasa? Dímelo…

Almendra: Jajaja… Nah, no me pasa (sonríe).

Rubí: ¿Esperas alguien especial?

Almendra cierra sus ojos y recuerda a Julián.

Almendra: Pues yo creo que sí, pero una nunca sabe.

INT. / HABITACIÓN DE MÓNICA Y JULIÁN / NOCHE

Mónica termina de arreglarse, va a su cofre de joyas, y observa algo extraño.




Mónica: ¿Y mi pulsera? ¿Dónde está?

Empieza a buscarla en otros cajones sin éxito alguno.

Mónica: ¡No está!

De pronto, llega Leticia.

Leticia: Mónica, ¿te pasa algo?

Mónica: Que bueno que vienes Leticia.

Leticia: ¿Qué pasa?

Mónica: Fíjate que no encuentro mi pulsera especial… ¿la has visto?

Leticia calla.

Mónica: ¿Has visto mi pulsera?

Leticia: Creo que si…

Mónica: ¿Dónde está?

Leticia: No lo sé.

Mónica: Haber, no te entiendo, primero dices que sí y ahora que no sabes…

Leticia: La verdad es que esta mañana vi entrar a Baldomero… entro muy callado, y vi, que estaba tomando una de tus joyas, seguramente una de esas debe ser tu pulsera especial.

Mónica: ¡Quieres decirme que Baldomero!, ¿Me ha robado?

Leticia: En efecto, parece que sí.

Mónica se queda pasmada


CONTINUARÁ…