Capítulo 3:
“Escarbar el Pasado”
INT. / CUARTO /
HOSPITAL DEL ESTADO / MAÑANA
Mónica: Disculpe que
la moleste, quería preguntarle algo.
Enfermera: Sí,
¿dígame?
Mónica: ¿De qué
padezco?
La enfermera se queda
confundida ante la pregunta de Mónica.
Enfermera: ¿Ah? Creo
que eso no me corresponde comentarle, sino el doctor.
Mónica: De acuerdo,
pero ¿no podría comunicarme con él?
Enfermera: Disculpe,
el doctor Robles viene como cuatro veces por semana.
Mónica: Está bien, lo
comprendo.
Enfermera: ¿Puedo
traerle algo? ¿Quiere que le cambie las almohadas?
Mónica: No, así estoy
bien.
Mónica se queda
extrañada por lo que ha sucedido con ella.
Int. / Comedor /
Mansión San Román / MAÑANA
Leticia se va en
frente de Raúl.
Leticia (preocupada):
Señor Raúl, ya lo sé todo.
Raúl: ¿Sobre qué?
Leticia: Sobre la
niña Mónica, está hospitalizada por leucemia.
Raúl: Am, que bueno,
ahora me tengo que ir.
Leticia: Que en
verdad no le importa.
Raúl: Claro, como
también me importa que Julián sea psiquiatra. (Sarcasmo) Ahora quítate, tengo
que irme a trabajar.
Raúl con una
expresión de molestia, se va a su trabajo, mientras que Leticia lo ve con tanta
decepción.
Leticia: Tenías que
ser así…
Baldomero se aparece
después de la noche que disfruto, con camisa desabotonada y él soñoliento, se
dirige al comedor.
Baldomero: ¡Hola
Lety! Sírvame el desayuno, por favor.
Leticia al comienzo
se ve que le desagrada, trae el desayuno a la mesa. Pero luego cambia a una, le
pregunta sobre Mónica.
Leticia: Joven
Baldomero, dígame, ¿cómo se siente la señora Mónica?
Baldomero (agarrando
los cubiertos): Mejor, ayer estuvo terrible…
Leticia: Y, podría
decirme ¿en qué hospital la atiende?
Baldomero: ¿Para qué
lo quieres saber?
Leticia: Es que,
tengo que cerciorarme de la salud de la señora. Usted sabe.
Baldomero
(preocupado): Huum, está bien, te lo voy a decir…
Mientras que
Baldomero está comiendo. Leticia de inmediato se va para el hospital.
INT. / OFICINA DE
JULIÁN / CONSULTORIO / MAÑANA
En la oficina de
Julián, tocan la puerta, él ya en su escritorio. Se adentra Rubén…
Rubén: ¡Buenos días,
Julián!
Julián: Rubén, ¿cómo
estás?
Rubén: Estoy bien,
solo aquí visitando en tu área de trabajo.
Julián: Que bien.
Rubén (preocupado):
Oye, no te veo de buen humor. ¿Qué sucede?
Julián (suspirando):
Es Mónica y mi padre.
Rubén: Bueno de tu
padre ya no es la gran novedad. Lo de Mónica es preocupante.
Julián: Lo sé, me
preocupa mi mujer. De no saber estar con ella hasta (le salen lágrimas
discretas) hasta su fin.
Rubén (preocupado):
Julián, tú sabes muy bien que somos amigos y que puedes contar conmigo para lo
que sea.
Julián (sollozo): Lo
sé, y que bueno que viniste aquí amigo.
Julián y Rubén se dan
un abrazo fraternal.
Int. / Sala de estar
/ Mansión Uriarte / MAÑANA
Emilia se prepara
para salir y le avisa a Clotilde.
Emilia: Clotilde, voy
saliendo para la beneficencia, por favor, si llego tarde, avisa a mi esposo.
Clotilde: Como usted
ordene, señora.
Cierra la puerta y se
va.
INT. / COMEDOR / CASA
DE RUBÍ / NOCHE
Almendra y Rubí se
ven ajetreadas con los shows que se armaron de noche. Es por ello, ambas se
sienten con fatiga y desayunan para hacer su trabajo en la noche.
Rubí: Que cruda que
nos llevamos, nunca pensé que íbamos a estar peor hoy.
Almendra: Lo sé, tengo
mucha jaqueca de tan solo recordar.
Rubí: Pero lo
importante manita es que nos divertimos y pasamos de juerga.
Almendra: Sí lo sé,
(adolorida) Pero me quede pensando con lo que dijo el Baldo.
Rubí (confundida):
¿Qué dijo el Balde?
Almendra: Que nos iba
a hacer una propuesta, pero se quedo en sorpresa.
Rubí: Para mí que
quiere hacer un trío con nosotras y disfrutarlo.
Almendra (desagrado):
Ay, pero qué cosas cuentas. Espero que no.
Rubí: Yo también.
Ambas se toman su pan
con una taza de leche.
INT. / OFICINA DE
JULIÁN / CONSULTORIO / MAÑANA
Julián y Rubén se
dejan de abrazar. Julián deja de sacar lágrimas.
Julián: Bueno tengo
que seguir trabajando.
Rubén: Tienes que
estar fresco para el futuro. Tu mujer no va a estar siempre contigo, pero eres
joven, yo estoy soltero, ambos podemos buscar mujeres para estar del uno al
otro.
Julián: ¿Quién sabe?
Pero hasta el momento me preocupa algo.
Rubén (preocupado):
¿Qué cosa?
Julián (desagrado):
Es ese pasado, ese horrendo pasado que tuve con…
Rubén: Ese que
pasamos y que al final, tú…
Julián se desagrada
al contarle a Rubén. Este misterio está cada vez por revelarse poco a poco.
INT. / SALA DE
URGENCIA / HOSPITAL / MAÑANA
Leticia ve a la
recepcionista y le pregunta…
Leticia: ¡señorita!
Disculpe, el cuarto de la señora Mónica Gómez.
Recepcionista: ¿Usted
es su madre?
Eso impacta en algo a
Leticia.
Leticia (nerviosa): ¡No! Solo soy el ama de llaves de su casa.
Recepcionista: Está
bien, claro ha venido justo en la hora de visitas. Le daré la información…
(Observa en la computadora de su cercanía.)
Leticia se cruza la
yema de los dedos, como pregona.
INT. / COMEDOR / CASA
DE RUBÍ / NOCHE
Rubí: Ya ni la mula
perdona, ese Balde ojala nos prometa algo güeno.
Almendra: Pos eso sí,
ya que la Luna no nos puede prometer. Sí vieras que nos prometió llevarnos a
Las Vegas y ni eso.
Rubí: Jajaja… Estamos
hablando del nini ese. Bueno para nada.
Almendra: Bueno,
dejemos de hablar de esas cosas…
Rubí: Hablando de
otra cosa, hoy veo que dormiste bien. Porque se nota que no gritaste toda la
noche. La verdad, al fin puedo dormir con tranquilidad.
Almendra: Bueno, es
que toda la noche nos quedamos hasta muy tarde y el sueño, no sentí que soñaba,
a lo poco que sentí.
Rubí: Bueno, eso me
alegra que no te sientas remordimientos
tan seguido, eso es un paso.
Almendra: Sí, tienes
razón Rubí.
Rubí: Jejeje… Aunque,
hoy es mi turno de cantar. (Sonriendo) Ya le quiero mover el bote…
Almendra: Jajaajaja…
Ay Rubí, tú y tus ironías. ¿Quieres salir para la calle?
Rubí: Está bueno, pero no me dejes sola como la última vez.
Almendra: Claro que
no, sino que te fugaste como un brillo… (Abre la puerta.)
Las dos chicas van
saliendo de la casa. Y en eso cierra la puerta.
INT. / CUARTO DE
MÓNICA / HOSPITAL / MAÑANA
Tocan la puerta.
Mónica: Adelante…
(Abre la puerta y se trata de Leticia.)
Leticia (preocupada):
Mónica ¡Señorita Mónica!
Mónica: ¿Leticia? Qué
bueno verte por aquí, te extrañaba mucho.
Leticia: Yo también,
perdóname por no estar aquí…
Mónica: No te preocupes,
estoy segura que no te lo han contado hasta el final.
Leticia: Tuve que
enterarme por tu hermano y todo lo demás.
Mónica: Huum, ya veo.
Leticia y Mónica se
quedan a conversar por unos momentos.
EXT. / CALLE / CIUDAD
DE MÉXICO / TARDE
Baldomero se
encuentra paseando por la calle, pero unos cuantos lo persiguen y se ve
envuelto en una emboscada.
Baldomero: ¿Qué
quieren?
Rigoberto: ¡Ándale!
Que el jefecito te convoca a su reunión... de negocios.
Baldomero: Mira Rigo,
ya sé que estás envuelto en esto, pero ahí le paramos.
Rigoberto lo toma de
la clavícula, “en plan de amigos”, para ir a un callejón oscuro.
Rigoberto: Bien aquí
lo tiene.
Aparece ante Baldomero, "El Alacrán".
Alacrán: Que bien,
pero que bien, hasta que te veo balde.
Baldomero: Soy
Baldomero señor.
Alacrán (amenazador):
¡Deja de corregirme! Sabes que te he buscado por toda la zona y tú no has dado
aviso.
Baldomero (Nervioso):
Bueno, lo que pasa es que ando ocupado y toda la cosa… (Interrumpe)
Alacrán: ¿Crees que
soy estúpido, verdad? Te veo en “La Tongelele” todos los días. ¡Todas las
noches! Acosando a las muchachas del lugar.
Baldomero: Oiga, no,
las chicas de allí no son acosadas, sino simpatizadas por mí.
Alacrán: Ese no es el
asunto. Sino que me debes plata, mucha plata. Me debes pesos y la cuenta es
larga.
Baldomero: Te prometo
en cuanto reúna la cantidad, te lo pagaré.
Alacrán: Hum, eso
sería bueno, pero vives de lujos y… De una hermanita que creo yo, no serías
capaz de decepcionarla. Me imaginó que es ella, ¿verdad? (Le tira una foto de
ella al suelo y en vista de Baldomero.)
Baldomero
(Impulsivo): ¡Con ella no te metas!
Alacrán: Entonces, me
tendrás que hacer el favor de ahora en adelante. Tú me pagas los quinientos mil
pesos, a cambio de la vida de tu hermana y de su orgullo.
Baldomero (en voz
pasiva): Desgraciado.
Alacrán (confundido):
¿Qué dijiste?
Baldomero: Nada
señor.
Alacrán: Está bueno,
te voy a dar plazo un mes y no más. (Amenazador) Si no cumples esto que te
obligo, no solo tu hermana corre las consecuencias, sino también tú.
Baldomero (atraganta
saliva): Así lo haré… (Rigoberto le da una golpiza en el estómago.)
Alacrán: ¡Ahora,
lárgate!
Baldomero se va con
una cara petrificada ante la amenazada y demanda del Alacrán.
EXT. / PARQUE / TARDE
Almendra y Rubí se
van por el parque disfrutando del aire fresco.
Rubí: Oye cuata.
Almendra: ¿Qué?
Rubí: Sabes, ¿tú
nunca pensaste en casarte con un millonetas?
Almendra: La mera
verdad, no. Siempre soné en un príncipe
azul. (Ilusionada) En un hombre guapo, como los que salen en las telenovelas
esas…
Rubí (bromeando):
Claro, como esos que salen con unos brazos enormes que sirven para cargarte
mejor y su cabello rubio, o de esos galanes como Daniel Elbittar, aunque
tontos, pero así…
Almendra (sonrojada):
Jajaja… Pero qué dices, claro que no. ¡Qué exagerada eres!
Rubí: Ahí amiga, de verás que sueñas bastante, menos mal que no te consume tanta maldad.
Almendra: Al menos tampoco a ti, porque eres mi amiga muy querida. (Abrazándola fuertemente.)
Rubí: Gracias de
verdad.
Almendra y Rubí
continúan su camino.
INT. / PATIO /
ORFANATO / TARDE
Emilia se ve que
disfruta estar jugando con los niños. Mientras se le acerca el padre Javier, el
mismo que le atendió cuando ella estaba convaleciente de su hija.
Padre Javier: Doña
Emilia, ¿cómo está?
Emilia: Muy bien
padre.
Padre Javier: Estos
niños, hijos de nuestro señor, no les está molestando.
Emilia (Modesta): Ay,
claro que no. ¿Cómo cree? Al contrario, son mi alegría de ser.
Daniela (niña):
Emilia, podemos seguir jugando a la casa del té.
Emilia (Ternura): Oí,
claro que sí corazón, voy en unos minutos con todos. ¿Está bien?
Daniela: De acuerdo.
Padre Javier: Ay, los
hijos son el fruto de una gran alegría que sostiene a un roble torcido.
Emilia: Así es.
Padre Javier: Quería
agradecerle sobre el donativo que nos dio, porque en serio, las que estuvieron
en este orfanato, la verdad que eran unas ladronas de lo peor.
Emilia: Recuerdo eso,
usted me lo contó.
Padre Javier: Así es,
no puedo creer que este auspicio en lugar de beneficiar a niños pobres, solo
haya habido discriminación a los niños y para colmo que se beneficiaran en sus
horribles gustos. Ojala que Dios las haga entender.
Emilia: Yo solo
espero que todo esto haga recapacitar a esas personas. Lo que hicieron no tiene
nombre.
Padre Javier: Bien,
no la quiero seguir interrumpiendo más.
Emilia: No se
preocupe padre.
Padre Javier: Si me
necesita, estoy a su servicio. Con permiso. (El padre Javier pasa a retirarse.)
Emilia: Muy bien
niñas, ¿quién quiere jugar a las Barbies?
Daniela: Yo, yo, yo…
Emilia juega a la
taza de té con las niñas y se le nota mucha felicidad, pero muy en el fondo de
su ser, siente tristeza, porque siente remordimientos al no estar con su hija.
EXT. / CALLE / TARDE
Baldomero se ve
adolorido, caminando inconscientemente. Mientras, por casualidad Almendra y
Rubí pasan por la misma ruta. Baldomero se da cuenta y finge no tener
dolencias.
Baldomero: ¡Hola
muchachitas!
Rubí: Pero mira no
más, no encontramos con el Balde.
Baldomero
(sarcástico): Ja, ja, ja, ja. Que graciosa, ¿de dónde lo sacaste?, de un
diccionario.
Almendra: ¿Qué
quieres tú?
Baldomero: Yo solo
pasaba por aquí y las vi y… Pues (silbando), son unas bellezas.
Rubí (sarcástica):
¡Gracias! Si quieres nos envías unas copias de nuestros cuerpos y con
remitente, para que la saliva se te gaste.
Baldomero: Bueno
dejémonos de bromas, saben que hoy voy al showsito de la Tongelele.
Almendra: Eso lo
sabemos, todos los días vas.
Baldomero: Lo sé,
pero… (Acercándose y abrazándole la cintura.) Pero sé que mueres por mí y eso
me encanta de ti chiquita.
Almendra
(empujándolo): Párate diez metros lejos de mí, porque está chiquita no está
disponible hoy.
Rubí: Sí, así se
habla amiga.
Baldomero: Bueno,
está bien, ya no las sigo molestando. Ya saben, en la noche les tengo algo que
contar y seguro les llamará la atención.
Rubí (dándole el
avión): Seguro, claro.
Baldomero se va
alejándose de ellas, nuevamente guiñándoles el ojo y ellas le desagradan.
INT. / CUARTO DE
MÓNICA / HOSPITAL / TARDE
La puerta se abre y
se trata de Leticia.
Mónica: ¡Leticia!
Viniste.
Leticia: Sí,
señorita, es que tuve que ir a merendar.
Mónica: Te entiendo,
y bueno, yo solo espero poder salir pronto de aquí, quiero estar con mi marido,
lo extraño mucho.
Leticia: Sé cuanto lo
amas Mónica, por eso me preocupe por ti.
Mónica: Es que Julián
es todo para mí, es mi universo, él a pesar de todo siempre estuvo enamorado de
mí. Y lo recuerdo como si fuera ayer.
Leticia: Comparto tu
felicidad, y te entiendo muy bien. Ahora quiero encontrar al doctor para que me
diga de tu salida…
La puerta se abre
interrumpiéndolas y se trata del doctor.
Doctor: Ah, señora
Mónica la veo en muy buenas condiciones.
Mónica (contenta):
Gracias doctor.
Doctor: Muy bien, me
imagino (a Leticia) que usted es madre de la señora, ¿no es así?
Leticia (tartamudeando):
Ah-ah-ah… (Interrumpe.)
Mónica: Es mi ama de
llaves.
Doctor: Ah, perdón,
disculpe mi imprudencia.
Leticia: No se preocupe.
Doctor: A lo que
venía, le tengo una noticia… Usted se encuentra ya mejor, está dada de alta.
Mónica (sorprendida): ¿En serio?
Doctor: Por su
puesto, lo que si le recomiendo, es que trate con medicamentos que dice la
receta y que ingiera líquidos y se distribuya en sus alimentos.
Mónica (emocionada):
¡Por supuesto!
El doctor deja a Mónica y Leticia a solas.
EXT. / CALLE / CIUDAD
DE MÉXICO / TARDE
Julián y Rubén están
caminando para dirigirse a su destino.
Rubén: Julián, ¿has
decidido contarle todo a Mónica?
Julián: ¿Sobre su
enfermedad? Por supuesto.
Rubén: Dije, TODO,
con eso me refiero a… Tú ya sabes.
Julián se siento muy
consternado ante esa confesión. Mientras que Almendra y Rubí están corriendo de
lo más lejos y se topan accidentalmente hacia ellos, ambos abrazándose, Rubén
con Rubí y Almendra con Julián.
La segunda pareja se miran intensamente al
reencontrarse.
CONTINUARÁ…